sábado, 25 de junio de 2011

INTERPRETACIÓN. UN ARTE QUE SE PUEDE ENSEÑAR

La interpretación guía la experiencia del visitante a una satisfacción profunda y a su involucramiento en la gestión.

La creencia popular dice que para que un guía sea bueno tiene que hablar y arrojar a los visitantes toda la información que pueda. De esta manera, el visitante lo estima como muy sabio y merecedor de su admiración.

Lastimosamente ni la psicología de la comunicación ni la profesión de la interpretación apoyan este concepto. Más bien, un guía “sabelotodo” tiene el efecto contrario: aburre a la gente, evita que participe en el acto de comunicación, no afecta positivamente y no involucra a los visitantes en la gestión de lugares especiales. Como consecuencia el visitante sale sin ganar nada y sin ofrecerle nada al lugar que acaba de visitar.

La buena interpretación en cambio está basada en una larga y rica tradición de la comunicación humana y en consecuencia pretende transformar al visitante, inspirándole y provocándole a apreciar y comprender más profundamente el significado del lugar que visita y su relación con él.

A raíz de esta relación intelectual y emocional más profunda entre el visitante y el lugar, el visitante busca cómo involucrarse en la protección del mismo. Ya que los encuentros con visitantes son voluntarios y cortos, el objetivo de la interpretación no es transmitir información (la cual, según dicen los estudios, se va a olvidar en su mayoría en pocos días), sino propiciar oportunidades para tener experiencias que conmuevan y transformen al visitante.

Sin embargo, los sitios patrimoniales siguen desperdiciando oportunidades para motivar y atraer a los visitantes, quedando atrás en la competencia internacional turística y no influyendo en los significados que los visitantes crean sobre estos lugares.

Para lograr esta visión de la interpretación, una que la convierta en una herramienta efectiva de la gestión de lugares patrimoniales —Parque Nacionales, Plazas históricas, Museos, Ciudades Fortificadas, o como en la región cafetera de Colombia, el hoy declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO "Paisaje Cultural Cafetero" — hay que identificar una organización líder que difunda la teoría y técnica del uso de la interpretación en las agencias que administran lugares especiales.

Los 6 principios de la interpretación.  
Aunque se han propuesto muchos principios para la interpretación de patrimonio, los más famosos son aquellos propuestos por el estadounidense Freeman Tilden a quien se le acredita la profesionalización del campo. Se encuentran en su libro clásico La interpretación de nuestro patrimonio.

1. Cualquier interpretación que de alguna forma no relacione lo que se  muestra o describe con algo que se halle en la personalidad o en la experiencia del visitante, será estéril.

2. La información, tal cual, no es interpretación. La interpretación es revelación basada en información, aunque son cosas completamente diferentes. Sin embargo, toda interpretación incluye información.

3. La interpretación es un arte, que combina otras muchas artes, sin importar que los materiales que se presentan sean científicos, históricos o arquitectónicos. Cualquier arte se puede enseñar en cierta forma.

4. El objetivo principal de la interpretación no es la instrucción, sino la provocación.

5. La interpretación debe intentar presentar un todo en lugar de una  parte, y debe estar dirigida al ser humano en su conjunto, no a un aspecto concreto.

6. La interpretación dirigida a niños y niñas (digamos, hasta los doce años) no debe ser una dilución de la presentación a las personas adultas, sino que debe seguir un enfoque básicamente diferente. Para obtener el máximo provecho, necesitará un programa específico.

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